Máscara de Odín.
Máscara de Odín.

Odín, en nórdico antiguo Óðinn, o también Wotan, es el dios principal de la mitología nórdica. Es el padre de todos los dioses, llamado Alfadir o Allfather, y el jefe de Asgard. Odín no ha creado el mundo, pero lo dispone y lo gobierna. Aunque se nos dice que Odín tiene doce nombres, lo cierto es que las Eddas enumeran nada más y nada menos que cuarenta y cuatro. Y eso sin contar todos los nombres que le dieron los poetas en sus composiciones.

Odín tiene el aspecto de un anciano de larga barba, que tiene sólo un ojo, tocado de un sombrero de anchos bordes, vestido con un manto rayado de varios colores y que lleva un bastón (la personificación de la lanza) en la mano. Sin embargo y pese a este aspecto afable, según la mitología nórdica este dios – característico por ser un cambiaformas – llevaba a veces una máscara para luchar, utilizada especialmente cuando se encontraba con enemigos de cierto nivel. Se dice que la máscara era tan terrorífica que los enemigos se retiraban al instante sin luchar siquiera, y así Odín se guardaba toda su energía para tareas y menesteres más provechosos y agradables para sí mismo ya que, como sabemos, además de ser el dios de la guerra y la muerte, también lo era de la sabiduría y el conocimiento.

Otras líneas de investigación han sugerido que este símbolo representaba landvættir, que en la mitología nórdica se creían espíritus protectores de la tierra; desde una roca hasta un poblado. Se creía asimismo que tenían la potestad de proteger y hacer florecer los lugares en los que se encontraban. Y fueron muy conocidos – y temidos – especialmente en Islandia.

Como curiosidad relacionada con este tema, como sabemos según nos cuentan las Sagas y las Crónicas, algunos barcos vikingos habrían adornado la proa y la popa con cabezas de dragones y otros animales como serpientes, que tenían la función de – amén de dar fiereza – emanar un poder protector contra los espíritus maléficos y los malos augurios durante las travesías. Sin embargo, al regresar a casa o a tierras amigas estas cabezas se retiraban. Las leyes paganas decían que la proa con forma de cabeza de dragón debía ser desmontable para poder quitarse cuando volvían a casa o llegaban a tierras amigas, para evitar que los landvættir se vieran intimidados y pudiesen causar males.

 

Bibliografía.

  • ATKINSON, Ian. Los barcos vikingos. Akal/Cambridge, Madrid, 1990.
  • BOYER, Régis. La vida cotidiana de los vikingos (800-1050). José J. de Olañeta, ed, Palma de Mallorca, 2005.
  • COHAT, Yves. Los vikingos, reyes de los mares. Ed. Aguilar Universal, Madrid, 1989.
  • MOGK, Eugen. Mitología Nórdica. Ed. Labor, Barcelona, 1932.
  • NIEDNER, Heinrich. Mitología Nórdica. Ed. Edicomunicación, Madrid, 1919.